REGALO DE REYES
Viniste a visitarme
trayendo tu regalo más preciado
que no era un libro,
ni caja de bombones
ni foulard de marca
ni frasco de perfume
ni bolso de moda
ni figura de porcelana envuelta en celofán
que nunca sabría dónde colocar.
Llegaste contigo misma.
Me dedicaste una tarde entera
de tu tiempo carísimo.
Me sonreiste,
me preguntaste,
me confortaste,
me miraste a los ojos
dándome lo mejor de ti.
Cuando saliste de mi casa
dejaste en toda ella
el aroma de tu presencia.
Y yo lo he recogido
como el mejor regalo de Reyes.